Querer hablar de lo que no corresponda, ¿que no corresponda? Esos rápidos espasmos de vomitar ese sentimiento interno y expresar abiertamente nuestras ideas sin sentirnos avergonzados de ellas. Cuánta gente pierde esa voluntad cuando le acecha la posible degradación por pensar distinto. Hasta qué momento todos aceptamos las distintas visiones, cuando nos ofuscamos tan profundamente si nos ofenden nuestro espíritu tan distinto de aquel.
Tantos ostentamos tanta amplitud de mente, de ideales, de experiencias como para escuchar lo innombrable .. y sin embargo adolescemos de mucho, nos olvidamos de tanto y no nos permitimos ni siquiera equivocarnos.
Los que callan evitando discusiones, y sin embargo tienen demasiado para decir. Cuándo vamos a ser más permisivos aceptando otras ideas, estamos atados a las nuestras y la palabra respetar es un gran escudo en el que muchos se esconden pero sin embargo no tantos respetan.
Aceptar y convivir con extremos, con diferencias, quisiera saber hasta cuándo podremos. Porque esto en lo que vivimos dista mucho de lo que aparentemente se querría que fuera.
Hablando pronto, se nota entre tantos roces un conflicto en potencia, que viene hace rato, que no apareció de repente... y que no tiene intenciones de irse por un largo, largo tiempo.
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