viernes, 22 de abril de 2011

Historia rara

Qué historia rara que es esta.
No puedo entender todavia cómo se formó. Pero me gusta.
¿Tan terrible es que esa sea la única razón?

Hay cosas que no comprendo. Pero no me importa.
¿Será tan terrible que no me importe?

No sé cómo empezó, ni sé cómo terminará. Quizás eso sea lo lindo. Para que algo termine, tiene que empezar. Empezar ya lo hizo, pero ¿irá a terminar?

domingo, 2 de enero de 2011

La Vaquita de San Antonio


A mi lado, sobre una bolsa de plástico, camina una vaquita de San Antonio. Me provoca colocar mi mano cerca para que siga su camino en mí, y sin embargo, no lo hago.

Espero. No la quiero asustar y que salga volando.

La observo. Cada tanto sus alas se comienzan a desplegar, pero luego las retira y sigue su caminata sobre la bolsa.

La sigo observando. Qué linda que es, con su color tan particular, manchado de pintitas negras.

¿Qué estara esperando? Llegó por la ventana, ya se irá supongo, con todo el espacio que tiene en las afueras, adentro de mi casa va a estar aburrida como un hongo.

Sin embargo, se queda. Esta obstinada con la bolsa. La recorre, la recorre...


Ya voló.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Intereses

Es una gran verdad decir que el humano se mueve por interés. Hacemos cosas por interés. Muy pocas son las veces en que nos abstraemos del mismo para actuar por una causa ajena que no nos dará beneficio alguno.
El interés motiva, empuja, lleva. Nos hace hacer cosas y nos evita hacer otras... todas por lograr obtener aquello que nos interesa. Siempre que este presente, nosotros estaremos detrás, persiguiéndolo. ¿Pero siempre sera así? ¿Jamás vamos a parar ante algo que nos atraiga o aprendemos a vivir con ello cuando lo vemos tan imposible? ¿es la imposibilidad lo que nos frena o quizás nuestra falta de confianza en nosotros mismos?
A veces pienso que en gran medida queda en uno, lograr lo que se propone. Confiar y moverse a partir de ello. ¿Pero cómo hacer? No sé hasta que punto algo .. o incluso alguien, puede empujar a hacer cosas aparentemente imposibles. Y finalmente, la pregunta más importante que podría hacer ¿Vale la pena? Porque de todas las respuestas que pueda obtener a mis preguntas, creo que esta última es la que más necesito. Porque si vale la pena, vale el esfuerzo. Aun ante lo imposible, confiar en que se puede, a veces podría hacer que se pueda...o eso espero.

domingo, 29 de agosto de 2010

Cómo duele


Cómo duele que ya no seas el mismo de ayer. Estabas tan pendiente de mi, y yo de ti. Te preocupabas por complacerme hasta en los más mínimos detalles. Por interesarme y llevarme hacia ti. Lo lograste, más rápido de lo que imaginabas. Sólo hacia falta volver a dejarme caer. Temía, pero ya era tarde. Me dejé caer, otra vez en el mismo lugar. Otra vez. ¿Qué pasó?
Dejaste de mirarme, de buscarme, de quererme. Fuiste desapareciendo, evitándome sutilmente sin que yo me diera cuenta. Ahora duele, y sólo puedo reprocharme a mi misma por haber vuelto a cometer el mismo error. Por haber vuelto a enamorarme, sin razón y sin saber... otra vez de ti.

martes, 13 de abril de 2010

Altamar


Navegando bajo cielo abierto y saboreando la sal marina. Así me imaginaba estar. Los cabellos al viento, libre como todos esos pájaros que revoloteaban el viejo casco que en idas y vueltas supo volver a flotar. El mapa esta lleno de trazos. ¿Sos mi Norte o yo tu Sur? Las velas en alto, cada tanto las debemos arriar. Tu sabes, el viento no siempre es favorable. Ahi estaba el timón, llevando este barco a la deriva, con la brújula más desorientada que pudimos encontrar. ¿Dónde nos llevará? Todavia no interesa, aunque yo no he visto ningun bote de reserva o chaleco salvavidas.
A lo lejos, veo nubes negras. Me lo temia... se aproxima una tormenta.

viernes, 1 de enero de 2010

Miedo 2

Para la Nochebuena y también ayer por la noche, Nochevieja del 31, una sensación de miedo me recorrió. Las calles comienzan a vaciarse, los negocios cierran, los autos dejan de circulan y si vemos alguno es pura casualidad. Mayormente son los que se atrasaron para llegar al brindis a tiempo. Los pobres perros aturdidos corren asustados y uno se queda, francamente, solo.

Hace no muchos años atras, soliamos salir a la calle a disfrutar la soledad, a visualizar las calles libres de ruidos, bocinas, gente agolpandose. Pero es ahora que me da miedo. Ver a lo lejos algun borracho, o gente en pequeños grupos, un solitario observando vidrieras, locales si nadie cuidandolo, a mitad de la noche, no me alienta para salir a la calle a festejar el nuevo año.
¿Paranoia? Es probable.
Es insalubre, estresante! No puedo vivir así . Viendo por sobre mi hombro quien me sigue. Con mi mochila por delante para que no me la abran. Teniendo que pasarme de vagón porque a uno se le ocurrió empezar a urgar en mi bolsillo. No puedo hablar por celular tranquila por la calle, no puedo caminar sola de noche sin alguien que me acompañe y si puedo evitar la noche, mejor.
Asi no se puede . Yo quiero vivir tranquila. Si no me mata alguien más , me voy a matar yo sola estando así.
¿Qué solución hay? Naturalizar dicen algunos. O hacer caso omiso; o vivir precavido pero sin preocuparse de más...no sé cómo pero eso dicen algunos.
Lo ideal sería ni tener que pensarlo, pero... es inevitable.
¿Habrá solución? Ojalá que sí, espero darme cuenta cómo puedo yo ayudar a obtenerla.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Miedo

Hola.
Tengo miedo. Pero este miedo no es un miedo normal. Es un miedo que tuve siempre. Pasa que me di cuenta que naturalicé el miedo en mi vida. Me di cuenta que encontraba normal salir de mi casa mirando hacia todos lados antes de partir a mi rutina diaria. También que caminando tanteaba mi cartera o mi bolso o lo que fuere que llevara colgando de mi, buscando la certeza de que todavia seguia protegido en mis brazos. O porqué no.. que me fijo temerosa en la cara de todas las personas que me rodean cuando estoy parada en una esquina, en un semáforo o donde sea. No confiaba en nadie. Y era normal...
Pero un buen dia el cerebro chocó con el cráneo, y me di cuenta de que no es para nada normal este comportamiento. ¿Qué tengo yo que andar preocupandome de si mi cartera me cuelga floja del hombro? ¿Es un crimen acaso caminar hablando por celular en la calle? ¿No puede alguien acercarse a preguntarme la hora sin que yo piense que me quiere robar el reloj?
Y ahí lo vi. Naturalizar. Ja! Lo naturalicé. Como casi todos. Y no es normal. No es sano y, básicamente, no es natural.
No quiero vivir así. No quiero tener miedo. Pero tengo miedo.
Muchos dicen, "no es cuestión de vivir con miedo, sino de tener cuidado". Yo no sé separar el miedo del cuidado. Desgracia la mia.
Sólo sé que vivo con miedo. (Y que así por mucho tiempo más no lo voy a soportar)


Continuará...