lunes, 14 de enero de 2008

Poder de Destrucción



Entre tanto silencio, él observaba esa escena tan drámatica que se desarrollaba frente a sus ojos. Escondido donde estaba ella no podía verlo. Su agonia era interminable, él no podía hacer nada. No queria hacer nada. Su dolor ante tal desprecio habia dejado que el orgullo invadiera casi todos sus movmientos, dejandolo inmovil y expectante
Pero cuando la perdición parece ser solamente un paso por el camino al deseo, el anhelo se vuelve un todo. Los sentimientos se potencian y la quietud se revoluciona. Necesidad de actuar y de ser. Él, llorando, observaba a tan bella e hiriente criatura, retorciendose en el suelo, clamando en silencio por la salvadora muerte. Extendió sus manos al vacio. En su inútil esfuerzo, él se hizo ver, llamandola una y mil veces en su oido, suavemente, buscando su atención. Ella estaba ciega, sus ojos abiertos no veian más que la oscuridad.
Un profundo dolor en el pecho lo alertó. Demasiado tarde para retroceder, cayó sobre su cuerpo y en sus ultimos suspiros, susurró el nombre de la mujer que tanto había amado, incluso para dejarse matar por ella. Mirandolo fijamente mientras él se desvanecía hacia la muerte segura, ella sonrió en su triunfo, habiendo logrado llegar al corazón más puro y destrozarlo en el más vil de los engaños. Su risa ahogada se hizo escuchar, una y mil veces retumbando hasta que ella también cesó.

1 comentario:

x Noelia x dijo...

Cria cuervos..... y te comerán los ojos.